

¿Qué se puede hacer en Praga además de tomar cerveza?
Cientos de cosas, pero tomar cerveza sigue siendo una de nuestras favoritas 🙂 Te explicamos algunos de los atractivos que visitamos en nuestro viaje de una semana por la República Checa y otros que, a pesar de no visitar, sabemos que son imprescindibles de la ciudad.
Puente de Carlos
Este icono de Praga es un puente medieval del siglo XIV que conectaba la ciudad vieja con el castillo de Praga. Su construcción fue ordenada por el rey Carlos IV y de él recibe su nombre. Es un puente precioso, de 10 metros de amplio y 516 de largo, con 30 estatuas situadas a ambos lados. En el medio destaca la de San Juan Nepomuceno, santo patrón de Bohemia, lanzado al río por orden del rey Wenceslao en 1394 y santificado en el siglo XVIII.


Antiguamente, el puente era transitado por carruajes, lo que explica su anchura. A día de hoy es un agradable paseo peatonal que más vale visitar a primera hora de la mañana, ya que durante el día es uno de los puntos con más aglomeración turística en la ciudad.


Plaza de la ciudad vieja
Es todo un placer callejear por las calles colindantes a la plaza y de golpe encontrarte con este enorme espacio, rodeado de singulares fachadas de estilo gótico.


Aquí puedes visitar la Iglesia de Nuestra Señora de Týn, la Iglesia de San Nicolás y el antiguo Ayuntamiento.


El reloj astronómico de Praga
Precisamente en la fachada del edifico del antiguo Ayuntamiento es donde se encuentra otro de los principales atractivos de Praga: el reloj astronómico. Considerado uno de los más bonitos del mundo, se trata de un reloj de origen medieval lleno de detalles y esculturas.
El reloj se compone de tres partes:
- EL cuadrante astronómico: es la esfera superior y representa las órbitas del sol y la luna, además de las 24 horas del día y otros eventos astronómicos
- Las figuras animadas: son en realidad los 12 apóstoles que hacen la procesión cada vez que el reloj marca la hora en punto. Debajo marchan también la Avaricia, el Turco, la Vanidad y la Muerte. Un gallo cacareando cierra la procesión, para la cual se congregan decenas de personas cada día.
- El calendario de Josef Manés: ubicado en la parte inferior, el calendario representa los meses del año y aparecen también los signos del zodiaco, el escudo de armas de la ciudad vieja y cuatro figuras: un astrónomo, un filósofo, un orador y un ángel


Se puede visitar la torre del Ayuntamiento donde se encuentra el reloj, pero cuando nosotros fuimos estaban en restauración.
Jardines Wallenstein
Aquí llegamos por casualidad y a día de hoy no lo hemos encontrado en ninguna guía de imprescindibles de la ciudad, pero para nosotros fue un pequeño descanso del gentío que hay por el centro de Praga. Se trata de los jardines de un palacio mandado a construir por el militar Albert von Wallenstein en 1624. A día de hoy el palacio es la sede del parlamento y sus jardines están abiertos al público solamente los fines de semana.


Lo que más destaca de este espacio es la gruta artificial que imita las formas de las estalactitas, así como diversos animales que se camuflan en la pared. En verano suele haber conciertos y la entrada es gratuita.
Barrio Judío
Lo más famoso de este barrio es su cementerio. Nosotros no entramos al ver la cantidad de gente que hacía cola, pero sabemos que hay visitas guiadas, además de tickets combinados para ver el cementerio y alguna de las seis sinagogas de la ciudad.
Castillo de Praga
Aquí no vayas con prisas. Cuando visitas el castillo de Praga estás en realidad adentrándote en un enorme recinto donde se encuentra la catedral de San Vito, el palacio Real y el Callejón del Oro. Hay diversos tipos de entrada que te permitirán ver todos los monumentos o simplemente unos cuantos. Nosotros escogimos el que permite ver los tres que hemos mencionado antes, ya que son los más representativos.


La visita se realiza con audioguía aunque también hay tours guiados que seguramente serán más amenos ya que el recorrido es bastante largo.
- Catedral de San Vito: esta joya de Praga abrió sus puertas a principios del siglo pasado, pero el inicio de su construcción se remonta al 1344. Es posible visitar la torre y disfrutar de las vistas, pero realmente lo bonito de la catedral está por dentro y no vale la pena pagar teniendo tantos otros miradores por la ciudad. Si te gusta la historia, en esta catedral podrás empaparte del pasado aristocrático de Praga, ya que muchos de sus reyes están enterrados allí
- Palacio Real: el edificio en general es bonito y la visita te permite conocer su historia y comprobar los diferentes estilos arquitectónicos que se dejan ver en todo el palacio. Lo más impresionante es, sin duda, la sala Ladislao utilizada para acontecimientos públicos y donde incluso podía haber torneos de caballos
- El callejón de oro: llamado así porque era el sitio de residencia de los artesanos orfebres de la ciudad. Previamente había sido el hogar de los miembros de la guardia real, a quienes facilitaron hogares al lado del castillo para que pudieran acudir rápidamente si se presentaba alguna emergencia. Se dice que en una de las casitas vivió Kafka durante una temporada




Torre de la pólvora
Es uno de los antiguos accesos a la ciudad amurallada que data de la Edad Media. Esta torre sufrió daños en un incendio y más tarde algunos desperfectos por el ataque prusiano en el siglo XVIII. Después de su restauración comenzó a utilizarse como depósito de pólvora y de ahí obtuvo su actual nombre.


Casa danzante
El arte contemporáneo también tiene cabida en Praga. Este edifico fue una obra conjunta de Frank Gehry, el famoso arquitecto de las formas curvas y el checho-croata Vlado Milunić. Está ubicada en una de las orillas del río y no es posible visitarla ya que se trata de un edificio privado.


Muro de John Lennon
Se trata de un muro lleno de pinturas y grafitti, algunos con consignas pacifistas o con letras de canciones de los Beatles. Se dice que, al morir John Lennon, en este muro apareció una imagen del artista, seguramente como acto de protesta en contra de la violencia y del régimen comunista. El muro fue pintado varias veces de blanco por la policía, se pusieron cámaras de vigilancia a su alrededor y aun así había personas que se acercaban hasta él para dejar sus mensajes, convirtiéndolo a día de hoy en uno de los atractivos de Praga.
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