

¿Sueñas con perderte por los fiordos noruegos y visitar el país de norte a sur? Pues léete la súper guía que hemos preparado con nuestro itinerario de tres semanas por Noruega. Recorremos el país desde las islas Lofoten hasta Odda, todo en transporte público y a pie.
¡Empezamos!
Día 1. Oslo – Tren al norte
Hay varias compañías que vuelan a Oslo desde Barcelona, como por ejemplo Vueling o Norwegian. Nosotros llegamos a Oslo desde Alemania ya que estábamos pasando unos días allí antes de salir a la aventura.
Llegamos al aeropuerto Oslo Gardermoen sobre el mediodía y cogemos un tren para ir a Oslo S, que es la estación central. Se puede ir también en autobús o en tren rápido pagando más, pero la opción tradicional ya es buena ya que en media hora nos plantamos en el centro de Oslo.
En esta misma estación tendremos que coger el tren que nos lleva al norte, a Bodø, con lo que tenemos solo un par de horitas para hacer un corto paseo por la ciudad y comprar los mapas en la oficina de la Asociación Noruega de Senderismo (DNT).
El viaje de Oslo a Bodø tarda un total de 18 horas, con parada en Trondheim y cambio de tren. Pasar la noche en el tren es, a priori, una buena manera de ahorrar ya que el tren nocturno no tiene coste extra y en un asiento común se puede descansar bien.
A Oslo volveremos al final del viaje, pero si te pica la curiosidad ahora mismo, puedes leer nuestra Guía práctica para viajar a Oslo y conocer algunos de los imperdibles de la ciudad.
¿Qué debes tener en cuenta para coger trenes en Noruega?
- Lo ideal es reservar con tanta antelación como puedas, ya que el precio será notablemente más barato. Normalmente, puedes comprar billetes a seis meses vista a través de la web oficial de la NSB
- Tienes varios descuentos disponibles, aunque solamente son válidos con documentos nacionales. Para los turistas existen las opciones de pagar el precio completo o la tarifa reducida, conocida como Minipris. El minipris está sujeto a la NO cancelación y NO devolución del importe pagado. Tampoco puedes modificar los datos de tu reserva y viajarás en segunda clase. Nosotros compramos siempre este billete
- La red ferroviaria en Noruega es antigua, con lo que prepárate para pasar muchas horas en el tren. Por otra parte, los paisajes que disfrutas son de ensueño, con lo que vale muchísimo la pena. De hecho, el trayecto entre Oslo y Bergen, y el tren de Flåm, son considerados algunos de los viajes en tren más bonitos del mundo.
Como curiosidad, te dejamos el enlace a un célebre programa de televisión que grabaron en Noruega con motivo del aniversario de la creación de la línea de tren Oslo-Bergen en el 1908. El vídeo dio nacimiento al concepto Slow TV que los noruegos han sabido explotar muy bien.
Día 2. Bodø – Islas Lofoten


La estación de Bodø es la última parada que encontrarás al norte de Noruega, a partir de aquí tu viaje debe hacerse por carretera o barco, dependiendo de tu destino.
Nosotros cogemos el ferry hacia Moskenes, que tiene una duración de tres horas aproximadamente. La información sobre horarios y precios la puedes encontrar en el siguiente enlace: http://www.ruteinfo.no/ A priori es un poco complicado de entender, así que también puedes usar esta ruta más directa y buscar tu itinerario en Fergerute (ruta de ferry)
Los horarios y precios actualizados cada año los puedes descargar aquí: http://ruteinfo.thn.no/en/default.aspx?rnr=86. Si no te aclaras con la información, puedes escribir a la oficina de turismo de la zona: info@lofoten.info
Tan pronto como atracamos en Moskenes, nos vamos en dirección sur para comenzar nuestras vacaciones con una excursión que sirve de abrebocas para lo que nos encontraremos en las próximas semanas: paisajes impresionantes, excursiones exigentes y poca gente. Un gustazo.
Nuestra primera parada es Munkebu, un refugio entre dos espectaculares lagos y rodeado de impresionantes montañas. Pasamos noche en la pequeña colina que divide los lagos y al día siguiente deshacemos el camino para dirigirnos a Reine.






Día 3. Munkebu – Reine


Reine es el pueblo más fotografiado en las Lofoten ya que es como un pequeño pesebre y representa todo lo que esperamos de Noruega: grandes acantilados, mucha agua, casitas rojas de pescadores y mucha tranquilidad.
Nosotros caminamos desde Munkebu hasta Reine, yendo por la antigua carretera que discurre al lado del túnel. Desde Å y Moskenes se puede coger un autobús que en cuestión de 10 minutos nos planta delante de este sitio de ensueño. Quizás habría sido mejor coger el bus, ya que la caminata se nos hizo muy larga y llegamos aquí muy cansados.
En todo caso, Reine no tiene desperdicio, pero no resulta tan fácil encontrar un sitio para plantar nuestra tienda.




¿Qué debes tener en cuenta para acampar en Noruega?
- La acampada libre en Noruega está permitida siempre que estés a una distancia mínima de 150 metros de cualquier propiedad privada
- En Noruega existe un bonito concepto llamado allemannsretten, que se traduce como “el derecho de todo hombre de vagar libremente”, y lo que hace es invitarnos a disfrutar del entorno siempre usando el sentido común y respetándolo. En la web oficial de Visit Norway encuentras una explicación detallada de este ideal y cómo se espera que te comportes en tus salidas a disfrutar de la naturaleza
Visto lo difícil que era encontrar un sitio en donde plantar nuestra tienda en Reine y lo cansados que estábamos, le pedimos a una pareja que habíamos conocido en Munkebu que nos acercaran en coche a un lugar un poco más recóndito. Finalmente pasamos noche a 8 kilómetros de Reine, en el área descanso de Akkarvikodden, donde hay un lavabo público en muy buenas condiciones y una pequeña instalación artística llamada Laurel Leaves.




Día 4. Noche en la playa de Bunes
Volvemos a Reine caminando y pasamos por Hamnøy, un pequeñísimo pueblo famoso por sus casitas amarillas y los secaderos de bacalao. Es también una de las típicas estampas en las fotos y postales de las Lofoten.




Ya en Reine nos dirigimos al pequeño puerto de ferrys donde cogeremos un barquito en dirección a Vindstad. Los horarios los encontramos en el muelle o podemos preguntar por mail a la oficina de turismo.


El ferry nos deja en una pequeña caseta desde donde simplemente debemos coger el camino que va tierra adentro. En cuestión de 40 minutos nos plantamos delante de la playa de Bunes, uno de los sitios más impresionantes que hemos visto jamás. 600 metros cuadrados de arena blanca y fina, rodeada de impresionantes paredes como la del Helvetestind, y justo delante nuestro, el océano atlántico, apacible y feroz a la vez. Intentamos darnos un baño, pero fue imposible ya que las aguas gélidas no están hechas para estos cuerpos sureños.








La zona de acampada se sitúa justo por detrás de la playa, donde todavía hay pasto. Hay también una letrina pública para los valientes, y una cascada que baja por la izquierda de la playa, desde donde podemos coger agua dulce para cocinar y beber.
Hay otras playas en las Lofoten que son más conocidas, como Kvalvika y Horseid. A ambas se puede llegar en coche también, pero Bunes es la única a la que sólo puedes acceder en ferry, con lo que te garantizas que no habrá mucha gente.
Día 5. De Bunes al Reinebringen
Si hay algo de lo que nos arrepentimos a día de hoy, es de no haber dedicado más días a explorar las Lofoten, ¡pero volveremos seguro!
Nuestro quinto día en el archipiélago es también nuestro último día en la zona, con lo que nos guardamos lo mejor para el final.
Cogemos el ferry desde Bunes de regreso a Reine. Aquí aprovechamos que la Oficina de Turismo está justo al lado del puerto y dejamos las mochilas para encarar el Reinebringen: un famosísimo mirador que requiere un ascenso bastante vertical donde debemos extremar precauciones y evitar ir muy cargados.
Ojo: al parecer la Oficina de Turismo va cambiando de ubicación entre los pueblos que componen el archipiélago, con lo que puede ser que no tengas la suerte de que esté todo tan cerca. Dejar las mochilas no es gratis, pero vale la pena pagar si llevas 20 kilos encima.
Dicho esto, nos ponemos las botas y subimos el Reinebringen en tiempo récord ya que debemos volver a la oficina a recoger nuestras mochilas y dirigirnos a Moskenes para coger el ferry de regreso a tierra firme.




Día 6. Tren al sur
Nuestro próximo destino es Åndalsnes, en el municipio de Rauma. Para llegar aquí, debemos coger nuevamente el tren desde Bodø, con parada en Trondheim. Desde aquí, cambiamos de tren y nos vamos hacia Dombås, donde también debemos cambiar de tren y ya coger el Rauma Railway, un tren convertido en atractivo turístico debido la belleza del paisaje por el que transita.
Hemos sumado en total 12 horas de tren, pero ha valido la pena ya que Åndalsnes es el hogar de una de las excursiones más bonitas de Noruega, aunque ha comenzado a masificarse: el Romsdalseggen.
Como queríamos tener una noche tranquila después de tan largo viaje, reservamos una parcela en el camping Isfjorden Feriesenter, ubicado a 6 kilómetros fiordo adentro. Se puede llegar en autobús desde Åndalsnes cogiendo, por ejemplo, el bus que va a Molde; o simplemente ir caminando.
Día 7. Romsdalseggen: la joya del trol
Este es uno de los días que recordamos con más cariño, ya que hicimos una ruta alternativa hacia una de las excursiones insignias de Noruega. Hemos preparado un artículo sobre nuestro ascenso al Romsdalseggen con información más detallada, pero aquí te podemos indicar varias cosas a tener en cuenta:
- Es una excursión catalogada con dificultad técnica alta por los siguientes motivos: es larga y es aérea. Si tienes problemas de vértigo, es mejor que la evites
- Estamos en la zona de fiordos donde tenemos cambios de clima repentinos, con lo que hay que extremar la precaución e ir preparados para la lluvia y el calor
- En la ruta habitual, o Normalruta, solamente hay un refugio en la bajada, con lo que es interesante planificar la salida con tiempo y salir solamente si hay buen tiempo
- Hay un autobús que te lleva desde diversos puntos en el valle del río Rauma hasta el inicio de la excursión








Día 8. Åndalsnes
Día de descanso en el camping de Isfjorden. La verdad es que llovía a cántaros, así que nos vino genial para pasarnos el día en el sofá, comiendo sopa y tomando té calentito.
Día 9. Åndalsnes – Geiranger
Desde Åndalsnes parte un autobús a Geiranger que hace varias paradas en sitios de interés turístico, como por ejemplo la carretera Trollstigen o el mirador de Ørnesvingen en Geiranger.
Este autobús es un poco más caro que el directo, pero vale muchísimo la pena ya que la parada de 25 minutos en Trollstigen nos permite apreciar con detalle esta famosa carretera serpenteada. La información sobre horarios y precios la encontrarás en el sitio web oficial.


Geiranger, por su parte, es hogar de uno de los fiordos más bonitos de Noruega y listado como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
En Geiranger existen varios miradores famosos como el Flydalsjuvet. Nosotros fuimos en esa dirección pero decidimos quedarnos a medio camino que teníamos planes de ir hacia el otro lado del fiordo y buscar campamento allí. Plan fallido. A medio camino comenzó a llover con lo que tuvimos que montar la tienda rápidamente al lado de la carretera e irnos a dormir sin siquiera haber cenado.




Día 10. Geiranger – Lunde
Desde el puerto de Geiranger salen diversos ferrys que, o bien hacen una ruta turística por el fiordo, o te llevan a tu destino, ya sea en Hellesylt o en Valldal. Para horarios y precios puedes consultar este enlace en la web oficial de Fjord Norway


Aquí ya empezamos a improvisar: no habíamos planificado nada para los días que estuviéramos en los fiordos, pero sí que teníamos una reserva para un sitio completamente aleatorio donde habíamos encontrado un hotel barato. El sitio se llama Lunde y tiene una anécdota divertida que ya explicaremos. Ubicado a los pies del glaciar Jostedal y a pocos kilómetros del fiordo de los sueños, o Sognefjord, Lunde es todo un remanso de paz.
Se trata de un hospedaje llamado Lunde Turiststastjon con las típicas cabañas rojas, cocina equipada, sauna, barbacoa y unos dueños exageradamente amables, de verdad, qué encanto de gente.






Día 11. Marabreen
Desde Lunde parte una excursión que nos lleva hasta Fjaerland, haciendo el trayecto por la montaña, con lo que tendremos una gran pendiente que sortear tanto de subida como de bajada. Nuestra intención no era llegar a Fjaerland, sino pisar el glaciar de Mara, uno de los brazos del gigante Jostedal.




Cuando llegamos a la parte alta de la montaña nos dimos cuenta que no íbamos a poder avanzar mucho más ya que las nubes nos escondían el camino constantemente y la nieve había cubierto muchos de los hitos del camino, así que dimos un paseo breve y regresamos al hotel viendo el glaciar al lo lejos.




Día 12. Lunde – Solvorn
Otra de esas peripecias que debe ser explicada aparte, pero resumimos: íbamos camino a Solvorn en autobús. Debíamos hacer trasbordo en Sogndalsfjøra, pero decidimos que podríamos caminar desde allí ya que teníamos un mapa que indicaba una ruta por la montaña. Nos perdimos, nos mojamos, a Natalia la picó una avispa y se le hinchó una pierna, estaba oscureciendo y no encontrábamos sitio para poner la tienda porque absolutamente todo estaba mojado y lleno de musgo.


Y en medio de la tragedia, se hizo la luz: conseguimos volver a la carretera y cuando pensábamos que tendríamos que plantar tienda de mala manera en el musgo mojado, aparecieron unas preciosas cabañas rojas como puestas ahí por Odín, únicamente para nosotros.
Empapados, preguntamos si había sitio para dormir y sí: tenían UNA pequeña cabaña disponible. Nos supo a gloria.
Se trata de Kvamshaugen, donde además la dueña era un sol. Este alojamiento dispone también de un curioso museo de antigüedades y se encuentra cerca de la parada de autobús que nos dejará en Solvorn al día siguiente.
Si planeas hospedarte aquí, te recomendamos que lleves efectivo, ya que no cobran con tarjeta.
Día 13. Solvorn – Ornes – Kaupanger
Solvorn es un pequeño pueblecito, conocido por ser el enlace en ferry con Ornes, la pequeña península donde se encuentra la iglesia de madera que recibe el mismo nombre, conocida como Urnes en castellano.
Ornes es Patrimonio de la UNESCO ya que es una de las iglesias de madera de estilo nórdico mejor conservadas del país. Hay tours guiados cada hora y vale la pena esperar por uno de ellos, ya que su historia está llena de detalles sorprendentes y el cariño que despierta en los guías es evidente.
La entrada a Ornes cuesta unos 9€ por adulto y 7€ para niños y estudiantes.


El ferry desde Solvorn sale cada hora desde las 7 de la mañana hasta las 5 de la tarde, y el último regreso desde Ornes es a las 6 de la tarde. Una vez más, te dejamos el enlace del sitio web oficial para que puedas consultar precios y horarios.


En Solvorn hay varios autobuses que, o bien van de regreso a Sogndalsfjøra o te llevan en dirección contraria. Nosotros partimos hacia Kaupanger, hogar del ferry que nos llevará por el Nærøyfjord, otro fiordo Patrimonio de la UNESCO.
Día 14. Nærøyfjord
Vale la pena decir que a Kaupanger le tenemos un cariño especial y por eso decidimos honrar su nombre llamando así a nuestra furgoneta 🙂
Allí pasamos una noche, pero podrían haber sido muchísimas más, ya que tienen un camping pequeño, idílico y muy barato: 5€ la noche, con acceso a lavabos, fregaderos, duchas y barbacoa. Hay también una iglesia de madera, patrimonio nacional, y un pequeño museo dedicado a la zona de Sognefjord y su historia naval.






En el puerto de Kaupanger atraca el ferry que nos llevará a descubrir el fiordo de Nærøy, el fiordo más estrecho del mundo y de una belleza sin igual. El destino será Gudvangen, un pueblecito famoso por su aldea vikinga y porque desde aquí parten diversas excursiones a pie y en kayak por el fiordo.


En Gudvangen nos hospedamos en el camping Vang, un sitio pequeño y acogedor, aunque un poco caro en comparación con otros sitios en los que hemos estado.
Día 15. Lluvia en Gudvangen
Teníamos muchas expectativas puestas en esta zona ya que había varias rutas que queríamos hacer en el fiordo de Nærøy pero fue imposible. No paraba de llover y la previsión para los próximos días no parecía mejorar, pero decidimos darle una segunda oportunidad y esperar un día más.
Día 16. Gudvangen – Tyssedal
La cosa no mejoró. Frustrados decidimos retomar uno de los planes originales e ir hacia el Trolltunga. Estaba lejos y pasaríamos mucho tiempo en carretera, pero valía la pena hacer al menos una excursión más antes de volver a Oslo para pasar los dos últimos días de nuestro viaje.
Así pues, cogimos el autobús desde Gudvangen hasta Voss y allí hicimos trasbordo hacia Tyssedal, donde comienza la excursión hacia el famoso Trolltunga, o lengua de trol.
No sabemos cuánto nos costó este autobús ni cuánto tiempo pasamos en él. Teníamos toda la fe puesta en llegar a Tyssedal no muy tarde, buscar alojamiento y subir al día siguiente al Trolltunga sin las mochilas al hombro, ya que es una excursión de 20 km con un inicio muy vertical. No fue así.
En la carretera estuvimos parados unos 40 minutos por un accidente, con lo que bajamos del bus solamente a las 7 de la tarde. Por suerte, en pleno julio anochece tarde, con lo que había luz de día aún. Preguntamos en dos albergues distintos y no tenían hospedaje, así que no teníamos más opción que emprender la caminata y esperar poder poner la tienda en algún punto del camino.
Un viajero en camper nos acercó hasta el parking desde donde comienza la ruta a Trolltunga. Está prohibido acampar en un radio de tres kilómetros a partir de ese punto, con lo que no teníamos más opción que empezar a subir e intentar hacerlo en tiempo record para evitar caminar en la oscuridad por un terreno húmedo y resbaladizo.
Lo logramos. Plantamos tienda entre el kilómetro 4 y 5 en un precioso lago y al acabar de cenar, la oscuridad y el silencio se cernieron sobre nosotros y nos dimos cuenta que, en todo el viaje, no habíamos tenido tal silencio. Siempre habíamos dormido cerca de cascadas o del mar, con lo que esto nos era completamente nuevo.


Día 17. Trolltunga y regreso a Voss
Nos levantamos a las 6 de la mañana, desayunamos y continuamos nuestro camino para llegar cuanto antes al Trolltunga. Este sitio es tan famoso, que en temporada alta se pueden llegar a formar filas de hasta 3 horas para hacerse la célebre foto al filo de la lengua.




Nosotros nos plantamos aquí a las 8 de la mañana, con lo que solamente había otros grupos que habían dormido allí arriba. Hicimos la foto y regresamos. Mientras deshacíamos el camino, nos íbamos topando con las hordas de turistas que venían en grandes grupos, claramente llegados allí en autobús.
¿Qué debes tener en cuenta para subir al Trolltunga?
- ¡Zapatos adecuados, por el amor de Odín! Es increíble la cantidad de gente que sube en zapatillas. Estamos hablando de una ruta de 20 km, en montaña, por terreno húmedo, piedras mojadas, barro, etc.
- Llevar suficiente comida. El primer kilómetro es completamente vertical, con lo que te hará perder mucho tiempo. Lleva suficiente comida y agua, aunque encontrarás riachuelos donde puedes rellenar tu botella con agua fresquita caída del fiordo
- Respeta los senderos marcados. Hay caminos habilitados con maderas para que no tengas que pisar la vegetación. Utilízalos y ayuda así a la regeneración del suelo para que no corramos el riesgo de que cierren el camino a la larga
- Lleva siempre tus basuras contigo. Siempre, aquí y en todas partes
- Intenta subir tan pronto como puedas y evita volver en la oscuridad, ya que el kilómetro vertical puede ser peligroso de regreso
- Lleva la batería de tu cámara de fotos cargada, querrás llevarte un buen recuerdo de este sitio
- Sé prudente
Día 17. Voss
Pasamos dos noches en el camping de Voss, la primera al volver del Trolltunga, la segunda el día después, para descansar, dar un paseo por la zona, comer helados y despedirnos del fiordo.
Desde Voss cogimos el tren a Oslo, que hace parada en Myrdal, origen del recorrido en tren más famoso de Noruega: el Flåmsbana, que ya te hemos comentado antes.
Últimos días. Oslo
Nos guardamos la capital para el final.
Estuvimos dos días en Oslo haciendo el turista, comiendo helados, visitando sus atractivos principales y empapándonos de la vida de ciudad antes de volver a nuestra querida y bulliciosa Barcelona.
La primera noche en Oslo la pasamos en el camping Ekeberg ya que llegamos tarde y era la mejor opción. Este camping está ubicado en una colina y a él se llega pasando por un mirador en la calle Valhallveien que es donde se supone que Edward Munch localiza al personaje de su célebre serie de pinturas, El Grito.
En Oslo hay una islita en la que se puede acampar libremente por un máximo de dos noches: Langøyene. Para llegar aquí se toma el ferry 49 desde Bygdoy y al llegar, encontrarás el camino señalizado hacia la vasta zona de acampada libre.


Si te interesa saber más sobre las ciudades noruegas, te dejamos aquí nuestra pequeña guía sobre cuáles son las ciudades imperdibles y sus principales atractivos: Descubre las principales ciudades noruegas
¡Y hasta aquí llega nuestro viaje!
Esperamos que esta guía te sea útil para planificar tu ruta por el país escandinavo. Si tienes otros destinos en mente o dudas, puedes contactar con nosotros, estaremos encantados de darte recomendaciones para que le saques provecho a tu viaje por Noruega 🙂
8 Responses
Hola chicos,
Me ha encantado vuestra guía. Creo que es la primera vez que leo un post de Noruega en transporte público. Anotados quedan los consejos sobre el tren, tiene que ser súper ver esos paisajes desde el vagón.
No es un país que esté entre nuestros favoritos, pero ya sé a quien preguntar cuando nos decidamos 🙂
¡Qué bueno encontrar esa cabaña para vosotros!
Un abrazo.
¡Gracias, Maruxaina!
La verdad es que no es un destino que mucha gente se ponga en la lista porque es caro, pero siempre hay maneras de hacer un viaje más asequible si te lo propones. Nosotros lo recomendamos muchísimo porque los paisajes son espectaculares y están muy bien cuidados, da mucho gusto ver cómo gestionan su riqueza ambiental y la ponen al alcance de todos los que quieran disfrutarla 🙂
Y bueno, no está de más decir que Natalia está enamoradísima de Noruega, así que estará encantada de recomendarte cosas si pasas por allí.
¡Un abrazo!
Noruega es uno de los destinos que tenemos en el punto de mira desde hace tiempo y, para ser sinceros, hasta ahora no habíamos leído ninguna experiencia sobre viajar por el país en transporte público y a pie… 😉
Nos parece una opción súper interesante, especialmente si para viajar durante varias semanas, como hicisteis vosotros, puesto que si los trenes son tan antiguos y lentos, quizá sean poco recomendables para un viaje de corta duración.
¡Muy buen post chicos! Original y, sobre todo, muy práctico. 🙂
Saludos.
Hola chicos,
La verdad es que estas fueron unas súper vacaciones de tres semanas, pero nosotros hemos estado en otras ocasiones solamente cinco días y también se puede 🙂
Simplemente hay que tener en cuenta que cuanto menos tiempo tengas, más vas a tener que priorizar lo que tienes que ver, pero nosotros recomendaríamos lo siguiente:
1. Tren de Oslo a Bergen, es el trayecto más famoso y es precioso. Tarda unas 7 horas
2. Tren de Oslo a Flåm, es conocido como uno de los trayectos en tren más bonitos del mundo
3. Tren de Oslo a Åndalsnes, unas 7 horas también y te lleva a una zona desde donde parten varias excursiones y visitas turísticas
Como ven, la cuestión es proponérselo 😉
Ya nos dirán algo si van, estaremos encantados de recomendarles algunos sitios más.
¡Un abrazo!
Me ha encantado! He visitado Noruega en. Arias ocasiones trabajando en cruceros pero vuestra experiencia es increíble. Nunca hubiera imaginado que se podía acampar libremente en el país.
Hola chicos!
Que bonita ruta habéis hecho! En julio viajo a Noruega para 10 días, y tengo pensado hacer una ruta entre Oslo (sólo salida) – Bergen – Stavanger, también en transporte público y a pie.
Mi duda es si alojarme en hostales (sale un poco caro, la verdad), o bien facturar una mochila preparada para acampar. Nunca he ido tantos días de acampada, por lo que os agradecería cualquier consejo sobre qué llevar!
Muchas gracias de antemano chicos! Y enhorabuena por la web!
Un saludo!
Hola Leire,
Yo te recomendaría que tengas en cuenta varias cosas según tu presupuesto y lo que quieras hacer:
– En Oslo es posible acampar en la isla Langøyene de manera gratuita, dispone de baños pero no duchas y tienes que tomar un ferry para llegar. Esto está bien para tener una base, pero entonces tienes que estar pendiente siempre del último ferry para el regreso, con lo que quizás no puedas disfrutar de la noche de Oslo (igual es caro así que quizás tampoco te interesa jeje). Si te decides por hostal, te recomiendo los Anker, hay uno más cerca del centro y otro a unos 20 minutos caminando.
– En Bergen y Stavanger te recomiendo muchísimo coger la tienda y quedarte por las montañas. En Bergen tienes muy cerca el monte Ulriken y desde allí tienes súper vistas a la ciudad y al fiordo. En Stavanger tienes el Preikestolen a menos de dos horas, y puedes dormir allí (no en la plataforma, pero sí por la zona). También tienes el Kjeragbolten que es un espectáculo.
Respecto a qué empacar, asegúrate de llevar chubasquero y forro para la mochila porque siempre llueve. Nosotros también llevamos pasta, atún, salsas, aceite y todas esas cosas, allí solamente comprábamos el pan y queso para los desayunos. Puedes coger agua prácticamente en todas partes, así que llévate un par de botellas.
En general te recomendaría intentar combinar unas noches de dormir al aire libre con otras de camping, para no agobiarte pensando dónde dormir y poder usar duchas y lavadoras.
Y si tienes alguna duda, pregúntame por favor que me encanta hablar de Noruega (L)
Espero que disfrutes tus vacaciones allí, julio es un mes fantástico para disfrutar del país 🙂
¡Un abrazo!
¿Para llevar la tienda de campaña tuvisteis que facturar la tienda como una maleta o es posible llevarla arriba?