

Ruta para llegar al pico de LeBrevént, más conocido como El mirador del Montblanc
Distancia | 11 kilómetros |
Tiempo | 6 horas aprox |
Dificultad | Baja a Media |
Poner los pies en los Alpes
Esta fue la primera de las excursiones realizadas en nuestras 3 semanas de roadtrip por los Alpes, con lo que llegamos con muchísima energía y muchas ganas de aprovechar la subida al máximo. Así pues, a las 08:50h de la mañana estábamos cogiendo el primer telesilla que parte desde Chamonix hasta Planpraz, a 2.000m.
La subida se puede hacer caminando también y el sendero parte desde la misma estación, añadiendo unas dos horas más al recorrido y unos 600 metros más de desnivel.
Para más información sobre precios y horarios, visita la web oficial de turismo de Chamonix.
Planpraz, primera parada del telesilla
Una vez en Planpraz simplemente hay que seguir las indicaciones hacia Le Brévent e ir por el sendero que va en dirección E y ya el descenso lo realizaremos por la pista. El camino está muy bien señalizado y va ganando altura sin mayor esfuerzo, así que podemos aprovechar para ir haciendo fotos y admirar cómo cambia el paisaje a medida que va saliendo el sol.


En el kilómetro 2 llegamos a un cuello donde el camino se divide, pero nosotros continuamos por nuestra izquierda, yendo esta vez por detrás de las paredes y admirando las vistas hacia la cordillera de las Agujas Rojas (Aguilles Rouges). De golpe parece que hayamos perdido el rumbo ya que no se ve el pico de Le Brévent, pero a medida que avanzamos comprobamos que estamos cada vez más cerca, con lo que en cuestión de media hora ya estamos tocando la cima.
Aquí, a Le Brévent, también se puede llegar en góndola, pero en esta época del año este servicio estaba ya cerrado.




Sobre el Montblanc
Situados a 2.550 metros, admiramos el Montblanc en todo su esplendor. Con sus 4.810 metros es el techo de los Alpes y sin duda una de las montañas más bonitas que hemos visto jamás. La altura del Montblanc suele variar unos 4 metros cada año dependiendo del nivel de nieve que haya. La ascensión a su cima es una de las conquistas más preciadas por montañistas de todo el mundo aunque se debe tener un buen estado físico, buen equipamiento y un buen guía.


Este gigante ha sido llamado también la montaña maldita, y se creía que en su superficie, allí donde no existía nada más que nieve y viento, vivían criaturas fantásticas que atemorizaban a los montañistas que se atrevían a acercarse a las cumbres. Tal era la superstición en el pueblo de Chamonix que cuando el cristalero Jacques Balmat se propuso conquistar la cima en 1876, la gente pensaba que no regresaría jamás. Balmat hizo una primera expedición hacia el glaciar para hacer vivac por una noche. Volvió al pueblo al día siguiente y, habiendo roto la superstición, convenció a Michel Paccard deque le acompañara en su hazaña. Juntos coronaron la cima del Montblanc el 8 de agosto del mismo año, dejando sus nombres escritos en la historia del alpinismo mundial.
De Le Brévent a La Flégère
Una vez terminado el segundo desayuno, comenzamos a descender por la pista. Vale la pena hacer la ruta de esta manera, ya que ahora toda la bajada la hacemos mirando de frente el Montblanc y el imponente glaciar des Bossons, ¡qué bonito paisaje!


En cuestión de una hora nos volvemos a plantar en Planpranz y desde aquí nos dirigimos por el camino que va en dirección N a La Flégère. Esta ruta transcurre por el llamado Gran Balcon Sud, donde miramos siempre hacia el valle de Chamonix, el Montblanc y otros cuatromiles como la Aguille du Midi, la bonita Aiguille du Dru y el afilado Aiguille Verte.
Llegados a Le Flégère, premiamos el esfuerzo con una cervecita en el refugio y desde aquí cogemos nuevamente el telesilla de bajada al valle para volver a nuestra furgo y coger carretera hacia Suiza.




Ruta realizada en septiembre del 2018
2 Responses
¡Menudas vistas! 😍
Siempre que vemos un post como éste pensamos lo mismo: nos encantaría mejorar nuestra forma física y poder hacer rutas como ésta, pero el día a día y las obligaciones laborales al final nos imponen otras prioridades… Eso sí, nos apuntamos la subida en góndola, que seguro que también tiene su encanto. 😉
Saludos.
¡Sin excusas! Tienes la opción de subir en góndola y simplemente caminar por uno de los tantos senderos que hay. La verdad es que es apta para todos los estados físicos e incluso para familias. Nosotros la hicimos a un ritmo rápido porque esa misma tarde teníamos que seguir el camino, pero si te puedes permitir estar todo el día es un paseo muy agradable 😉
¡Un abrazo!